La periodoncia es la rama de la odontología que trata los problemas de origen infeccioso y de tipo estético de los tejidos que soportan los dientes (encía y hueso). Las afecciones de origen infeccioso más importantes de las encías son la gingivitis y la periodontitis (coloquialmente conocida como piorrea).
La periodontitis es una infección que afecta a los tejidos de soporte del diente, como la gingivitis afecta a las encías, pero se diferencia de ésta en que el hueso también está afectado.
Se caracteriza por una destrucción progresiva de los tejidos de soporte del diente y el deterioro y pérdida de los mismos. La causa fundamental son las bacterias de la placa bacteriana que atacan las encías y el hueso de una persona que tiene predisposición a padecer esta enfermedad.
Los distintos factores de riesgo (tabaco, estrés, etc…) harán que la evolución de la enfermedad sea más o menos rápida, terminando con la pérdida de los dientes en un periodo variable de tiempo. Aún tratándose de una enfermedad que presenta una sintomatología muy precoz, como el sangrado de encías, lamentablemente no suele ser valorada por el paciente en su justa medida, ya que es una enfermedad indolora. A medida que la enfermedad avanza sus signos y síntomas se hacen más evidentes.
Las señales de alerta son:
• Dientes más largos por la retracción de las encías.
• Sangrado espontáneo o al cepillarse los diente. Constituye el signo más frecuente y precoz.
• Movilidad de los dientes debido a la reabsorción de hueso alrededor de los mismos. Su consecuencia final es la pérdida de las piezas dentarias.
• Mal olor y sabor de boca por los productos de desecho del metabolismo de la placa bacteriana y sarro.
• Desplazamiento de los dientes debido a la pérdida de los tejidos de soporte dental que facilitan su migración. Esta circunstancia da lugar a malposiciones dentarias o aumento del espacio entre los dientes.
La enfermedad periodontal tiene consecuencias sobre la salud, función y estética de los dientes y encías, siendo la recuperación del proceso tanto mejor cuanto más precozmente se haya detectado y tratado.
– Las afecciones de los tejidos que rodean los dientes (encía y hueso) no se limitan a problemas de tipo infeccioso. En muchos casos, los problemas tienen un carácter estético. Con frecuencia, los dientes tienen un tamaño pequeño en relación a la cantidad de encía que se ve durante la sonrisa. A esta situación se denomina sonrisa gingival y, en muchos casos, su solución es muy sencilla.
– En otros casos sucede lo contrario, uno o más dientes tienen las encías retraídas y el diente aparece más largo. En estas ocasiones, a los problemas estéticos que esto supone se le suman otros como el aumento de la sensibilidad al frío (hipersensibilidad). Este tipo de problemas también pueden solucionarse en manos de un periodoncista.
Los resultados del tratamiento (antes y después) de este tipo de situaciones pueden verse en el apartado de casos clínicos.
Varias investigaciones publicadas a lo largo de la última década han mostrado relación entre la periodontitis y otras patologías localizadas en otras partes del cuerpo. Esta circunstancia se debe a la diseminación de las bacterias que causan la periodontitis desde la encía a otras localizaciones del organismo. Algunas de las patologías sistémicas que tienen mayor relación con la periodontitis son:
– Mayor riesgo de accidentes vasculares (infartos)
– Peor control metabólico del azucar en diabéticos
– Mayor riesgo de tener niños con bajo peso al nacer o prematuros en mujeres embarazadas con periodontitis.
Se ha demostrado transmisión de bacterias entre parejas, así como de madres a hijos, pero aunque la presencia de estas bacterias es necesaria para la aparición de la enfermedad, su mera presencia por sí sola no implica que el paciente desarrolle la enfermedad, ya que la periodontitis es una enfermedad multifactorial, donde influyen factores como, la higiene oral, la genética, el estrés, determinadas enfermedades (inmunológicas, diabetes…) o el consumo de tabaco.
Por tanto aunque el contagio es posible debe entenderse como un factor que predispone a padecer la enfermedad.
El tratamiento se hace con anestesia y por tanto bajo ningún concepto debe doler, es un tratamiento indoloro.
La periodontitis tiene tratamiento si se detecta en estadíos iniciales o moderados, pudiendo evitarse que los dientes se pierdan al estabilizar la destrucción de hueso alrededor de los mismos. En casos muy avanzados, si el deterioro es excesivo será necesario realizar la extracción de los dientes afectados. Por eso es importante hacer un diagnóstico y tratamiento precoz.
Los casos leves pueden ser tratados por dentistas generales que tengan conocimientos de periodoncia, para tratar los casos más avanzados es recomendable acudir a un dentista especialmente formado en el tratamiento de la periodontitis, es decir, un periodoncista.
Por lo general no se puede recuperar, el objetivo del tratamiento es detener la progresión de la pérdida ósea para de esa forma evitar que se pierdan los dientes. No obstante, en determinadas situaciones, sí es posible regenerar el hueso perdido mediante la aplicación de biomateriales que favorecen la formación de nuevo hueso. A este procedimiento se le denomina regeneración periodontal (ver casos clínicos).